Por: Hugo René Ruiz Esparza Hermosillo
3 de agosto de 2017.- En el último mes la presa del Zapotillo se ha vuelto un tema de preeminencia en el debate público del Estado de Jalisco, y no es para menos, pues con su definición se establecen las reglas para el suministro de agua potable por los próximos treinta años para gran parte de los jaliscienses.
Cada año los poblados de los Altos de Jalisco sufren con el estiaje. Cuando han transcurrido siete meses desde la última llovida y por consecuencia ha dejado de filtrarse agua al subsuelo, nuestros mantos freáticos disminuyen, varios pozos se abaten, entre ellos, los que dan el suministro a los sistemas de agua potable de nuestras ciudades, por lo que grandes porciones de nuestros núcleos urbanos se quedan sin el servicio de agua potable por varias semanas. Esto pasa en Lagos de Moreno, San Juan de los Lagos, Jalostotitlán, San Miguel el Alto y muchos más.
Lagos de Moreno distribuye agua potable por medio de más de 30 pozos con los que cuenta el sistema de agua potable de la cabecera municipal, el gasto promedio de nuestra ciudad es de 750 litros por segundo para poder abastecer al centro, 29 barrios, 45 fraccionamientos, 56 colonias y 39 zonas en vías de regularización, y como lo menciono, dicho líquido proviene de aguas nacionales extraídas del subsuelo.
En la actualidad, al igual que en los demás poblados de los Altos de Jalisco, durante el estiaje, con el abatimiento de pozos, varias colonias y barrios se quedan sin agua, por el simple hecho de que nuestros mantos freáticos se ven disminuidos, no se trata de ineficiencia del sistema de agua, se trata de que tan cruelmente como suena, no hay agua que extraer en los niveles normales.
Recordemos que antes las perforaciones de pozos en Lagos daban agua a 30 metros y en la actualidad se requieren perforaciones de 200 a 300 metros de profundidad para poder acceder al líquido; como comunidad, como ente colectivo, hemos ordeñado indiscriminadamente y abusivamente nuestros mantos freáticos. De seguir con este ritmo, en 10 años, la mitad de nuestra ciudad no tendría agua para subsistir. ¿Se imagina Usted ese escenario? Nuestra población terminaría por emigrar a otras ciudades y Lagos de Moreno sería simplemente un recuerdo de lo que alguna vez fue.
En semanas pasadas, el Gobernador del Estado, Jorge Aristóteles Sandoval, hizo pública su decisión de que la cortina del Zapotillo se construyera a 105 metros de altura, lo anterior con base en un estudio presentado por la UNOPS, agencia de las Naciones Unidas, con el cual se desmitificaba el hecho de que la cortina a 80 metros pudiera salvar de inundación al poblado de Temacupulín.
Su servidor estuvo presente durante la exposición del estudio por parte de los científicos de la UNOPS, en el cual recalcaron que aún a 80 metros de altura, en un caso probable de intensas lluvias, el poblado de Temacapulin sería siniestrado.
Otra característica importante del estudio de la UNOPS es que reveló que existe más consumo del agua del Río Verde del que CONAGUA había precisado en sus estudios, así mismo, en un dato de suma importancia, reveló que el caudal máximo podría ser de 7.5 metros cúbicos por segundo y no de 8.5 metros cúbicos por segundo como CONAGUA afirmaba.
Es la primera vez que una entidad federativa pone en entredicho a CONAGUA con un documento técnico avalado por organismos de prestigio de talla internacional.
En consecuencia, el Gobernador Aristóteles Sandoval, mandó una señal muy clara al Gobierno de la República: al haber menos caudal del esperado y al ser Jalisco el afectado directamente en reubicación de poblaciones para lograr el embalse, nuestro Estado debe ser el principal beneficiado del agua del Zapotillo, concretamente los poblados de los Altos de Jalisco y la Zona Metropolitana de Guadalajara deben tener derecho al menos a un 76% del agua del Zapotillo.
Esta decisión es de gran beneficio para Lagos de Moreno, nuestro municipio recibiría de 500 a 700 litros por segundo del acueducto del Zapotillo, por lo que sustituiría dicha cantidad de los 750 litros por segundo que actualmente se extraen del subsuelo por medio de los pozos del sistema de agua potable, en consecuencia, varios de nuestros pozos se dejarían como reserva para tiempos difíciles y para el futuro, dejando de ordeñar nuestros mantos freáticos, permitiéndoles su recarga y garantizándonos agua para nuestra ciudad y su crecimiento en los próximos 30 años.
Sustituir de 500 a 700 litros por segundo de aguas del subsuelo con aguas del Zapotillo es una medida ambientalmente positiva y sobre todo garante de nuestro futuro.
Yo soy laguense y mi familia también lo es, yo quiero que mis descendientes tengan agua en los próximos treinta años, el Zapotillo puede ser cuestionable por unos cuantos, pero quienes lo cuestionan, fallan en brindarnos alternativas viables para que nuestras poblaciones de los Altos de Jalisco no se mueran de sed en las siguientes décadas.
La decisión de Aristóteles Sandoval protege el bien mayor y el futuro de los jaliscienses. A veces, no reparamos en darnos cuenta de todo lo que hay detrás para que pueda salir agua cuando abrimos una llave y tampoco reparamos en darnos cuenta que nos la estamos terminando.
El Zapotillo nos dará el 80% del agua que consumimos los laguenses y preservará a nuestra población por décadas, y más allá de Lagos de Moreno, el Zapotillo le dará agua también a los demás municipios de los Altos de Jalisco y a la Zona Metropolitana de Guadalajara.
Es triste la reubicación de 500 personas de Temacapulín, Acasico y Palmarejo; se debe hacer con indemnizaciones justas, con apego a los derechos humanos y con supervisión de organismos internacionales, pero la causa de utilidad pública de dar agua a seis millones de personas por más de treinta años está por demás justificada, el bien mayor debe prevalecer y la supervivencia de los Jaliscienses también.