Por: Marco Gallardo
30 de julio del 2019.- Después de perder con cuatro goles en contra, en casa del equipo de Arandas, la selección que representa a Lagos de Moreno dentro de la Copa Jalisco, buscó este sábado remontar el marcador para así hacerse de su boleto a la siguiente fase.
Arrastrando su primera derrota, la escuadra laguense llegó al encuentro motivada, con “hambre de gol”. Mientras tanto el estadio JFV se mantenía alerta y entusiasmado porque los jóvenes que habían mantenido su guardameta casi intacta, consiguieran traer a la “Atenas de Jalisco” algo más.
El balón se movió, dando inició a las primeras jugadas que beneficiaban al equipo de casa. El objetivo estaba claro, los laguenses tenían hambre de gol; lo cual se vio reflejado en los acercamientos, los pases que buscaban las redes protegidas por el portero de Arandas.
Los primeros minutos transcurrían y los asistentes ya ansiaban el gol, temiendo que el tiempo se fuera a comer las aspiraciones de su selección rumbo a los octavos de final. Para el gusto de los de casa, el balón encontró lugar en las redes de los oriundos de Arandas, acercando el global y dando esperanzas a Lagos de Moreno.
El segundo tanto llegó pocos minutos después; mientras el público festejaba y veía posible unos octavos jugados en casa. En esos momentos, tanto los jugadores como los asistentes divisaban como el marcador se achicaba, recuperando los sueños y dejando atrás la pasada tarde en Arandas.
Sin embargo, los gritos de felicidad se empezaron a teñir de ansiedad. Más de algún asistente extendía sus tácticas desde las gradas. Los jugadores hacían lo suyo, hasta que el silbato sonó. El primer tiempo había culminado.
El silencio y el nerviosismo cubrió el césped. Un medio tiempo que comenzaba a orquestar el temor por el “aquí quedamos”.
Cuando el balón se volvió a tocar los gestos ya no eran los mismos, las muecas de disgusto eran ahogadas en bebidas de diversos sabores. Nada estaba escrito. Los movimientos estaban dejando a los laguenses en el camino.
Con un temor colectivo, la gota se derramó; el gol llegaba para los de Arandas. El JFV se volcó en una desesperanza. Los minutos siguientes fueron una mezcla entre la eternidad y la desesperación. Nada está escrito, mencionaban algunos, pero todos sabían que el final estaba por llegar. El silbante lo confirmó. Lagos de Moreno estaba fuera de los octavos de final.
Más de algún asistente reprochó a su selección. Otros aplaudían el gran camino que sus jóvenes, los hijos de la “Atenas de Jalisco”, habían recorrido durante la fase de grupos. Pues si bien, el deseo de una final jugada en Lagos de Moreno se había ido, lo que no habrá de esfumarse es el recorrido de la selección que hizo sufrir a todo aquel que pisara su casa.
