30 de noviembre de 2016.- Violencia hacia la mujer, abusos sexuales en el hogar, desapariciones y feminicidios. Este es el coctel de situaciones que de manera cotidiana suceden en Lagos de Moreno, lo cual preocupa de sobremanera a Guadalupe Ramos Ponce, presidenta del Comité de América Latina y el Caribe para la Defensa de los Derechos de las Mujeres (Cladem).
El 8 de febrero se lanzó en Jalisco la Alerta de Violencia contra las Mujeres, evitando considerar a Lagos de Moreno en el grupo de municipios con estas características, incluyendo sólo a Guadalajara, Zapopan, Tlaquepaque, Tonalá, Tlajomulco, El Salto, Puerto Vallarta y Ameca.
“Nos preocupa especialmente Lagos de Moreno, que no aparece en la alerta y es un municipio que tienen que señalarse como parte de la alerta porque presenta las problemáticas, de estas que hablamos como la desaparición, los feminicidios y la violencia sexual”, declaró Ramos Ponce al periodista Rafael Hernández Guizar, de Página 24.
“En el caso de Lagos de Moreno, lo que hemos encontrado es que hay varios casos de mujeres que son calcinadas y por eso es que hemos pedido a la fiscalía una unidad de análisis como pasó en el Estado de México que permita analizar los delitos en su contexto, no se puede ver de manera aislada los delitos de feminicidios, de los delitos de desaparición, de trata, de violencia sexual, y tiene que hacerse análisis georesidenciales de dónde están ocurriendo con mayor incidencia para ver si se trata incluso de un modus operandi para saber si es por grupos delincuenciales”.
La presidenta de Cladem agregó en esa entrevista que la respuesta de las autoridades respecto a lo que pasa en Lagos de Moreno es “insuficiente”.
“Seguramente realizan muchas cosas pero las que han realizado hasta el momento son insuficientes y no tienen un impacto en la disminución de la violencia en la vida de las mujeres. En el caso de Lagos de Moreno, hay que recordar que hay un contexto de violencia generalizado, y en ese contexto se agudiza la violencia contra las mujeres; se fomenta la violencia sexual, las desapariciones y los feminicidios”.
Cuando se lanzó la Alerta de Violencia contra las Mujeres por parte del Gobernador, éste instruyó a la Secretaría de Gobierno para que inmediatamente se estableciera contacto con las alcaldías y les diera a conocer los resultados del diagnóstico.
Desde ese momento se tendría que implementar el Protocolo Alba y crear una unidad de reacción y búsqueda inmediata de mujeres y niñas desaparecidas.
También había la obligación de fortalecer la vigilancia y patrullaje policial en zonas de riesgo, y la generación de un área especializada en el teléfono 066.
