Por: César Octavio Huerta (@zorrotapatio)
3 de mayo de 2018.- Se le acabó el veinte. Después de un año y diez meses, Enrique Ochoa Reza fue cesado de su cargo como presidente del PRI nacional, en medio del desplome de su candidato presidencial, José Antonio Meade, quien no ha despegado pese a la millonaria campaña electoral.
“Ha sido el más alto honor en toda mi trayectoria profesional haber servido a mi partido (…) He terminado un ciclo y empieza otro”, fueron las palabras de despedida de Ochoa Reza, con una sonrisa fingida y un semblante al borde del llanto.
Atrás quedaron sus dichos absurdos de Rusia y Venezuela, que terminaron causando más risa que miedo y terminaron poniéndolo en ridículo.
Ochoa Reza será recordado por los escándalos de corrupción que protagonizó durante su mandato al frente del PRI pues se le encontró que recibió una liquidación millonaria tras su salida de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y se descubrió que mintió sobre su lugar de residencia para conseguir 18 concesiones de taxis en Nuevo León, valuadas en casi 5 millones de pesos, para así obtener un jugoso negocio que continúa dejándole fuertes ganancias en el norte del país.
Y no sólo por eso, también por la ocasión en que se atrevió a “solidarizarse” con los mexicanos tras el incremento del precio de la gasolina por parte del gobierno de Enrique Peña Nieto, y por el día en que se atrevió a decir que el gobierno federal pospuso un nuevo gasolinazo por dos semanas, gracias a los llamados del PRI, no por las protestas de miles de ciudadanos.
Tampoco se podrá olvidar del día en que el tierno Ochoa Reza pidió al PAN, PRD y Morena que “expulsen la avaricia de sus corazones” y entregar todos los recursos públicos que reciben para la reconstrucción de las zonas afectadas por los sismos de septiembre del año pasado.
Si bien, Ochoa Reza se dedicó a golpear a Andrés Manuel López Obrador, diciendo que habrá devaluación, crisis y México se convertirá en Venezuela o Corea del Norte, y un satélite de Rusia, su trabajo como golpeador en lugar de afectar al candidato de Morena lo hizo más fuerte y en cambio a él lo volvió cada vez más débil hasta que después de estiras y aflojes, se anunció su salida de la Presidencia del PRI.
Con Ochoa Reza se fue también Claudia Ruiz Massieu, la sobrina del ex presidente Carlos Salinas de Gortari que desde la secretaria general del PRI tampoco ha logrado detener la debacle de un Meade cada vez más gris y distante de los electores.
El lugar de Ochoa Reza será ocupado por René Juárez Cisneros, un político todavía más gris, alfil de Emilio Gamboa Patrón, quien asegura venir “de la entraña propia del PRI” y estar profundamente orgulloso del partido que llevará a “Pepe Meade a ser el Presidente de México”.